jueves, 21 de agosto de 2014

Our reply. [NoizxAoba] Serie de pequeños fan fics.

1. Conociendo su piso: 

Advertencias:
+13

-Definitivamente has estado viviendo aquí.- Rió suavemente Aoba mientras sostenía la puerta del congelador y miraba su interior. Estaba llena de pizzas congeladas. -Aunque creía que habías cambiado tu dieta...- Siguió diciendo.
No obtuvo respuesta inmediata Noiz se encontraba en otra habitación. Al volver se estaba aflojando la corbata.

-Ya sabes que me gusta la pizza. No siempre tengo comidas de empresa.- Miro el interior del congelador y saco una, en concreto de cuatro quesos y se la mostró. Como si buscara su aprobación.

-¿Comeremos aquí?-

-Claro, a no ser que te apetezca ir a algún restaurante, que no habría problema.- Suspiro levemente mientras miraba que otra pizza podría coger.

-¿Eh? Bueno yo me refería a que... ¿Yo comeré aquí? ¿Me quedare en tu piso? Creí que luego saldríamos a buscar algún lugar para alquilarme y poderme quedar...-

Al escuchar aquello le miro seriamente, tal vez algo asqueado.

-Creía que habías venido a Alemania para estar conmigo, no para buscar un piso y vivir tu solo.- 

Aoba se quedo callado, mirándolo con una expresión entre confundida y nerviosa.

-¿Quieres vivir tu solo?- Siguió diciendo el menor. Lo miraba intensamente, esperando una respuesta.

-Yo... no...no he dicho que no quiera vivir contigo..solo que...-Suspiro.- No quiero ser un aprovechado...Noiz...me da igual que tengas dinero..no pienso quedarme sin pagar nada en este piso.-

No iba a guardarse nada. Nunca mas quería dudar de él o hacerle creer que no estaba seguro. Le amaba y quería estar con él y valorarlo, tal y como le había pedido. Por eso mismo quería trabajar para así poder estar a su altura y saber lo que costaba pagar todo aquello.

-El dinero no es un problema.- Contesto roboticamente.

-Lo se y no me importa. Quiero ayudarte a pagar el alquiler.-

-¿Qué alquiler? Este piso es mio.- 

-..Pero igualmente habrá que pagar el agua y la electricidad...-
-No hay pro...-

Le tapo la boca con la mano.-

-¡Cállate! ¡No viviré contigo si no me dejas ayudarte con los gatos!- Grito poniéndose rojo hasta la punta de las orejas. 

El otro aun con la boca tapada afilo su mirada y lamió la palma de la mano ajena, cosa que hizo que Aoba la apartase.

-Entonces...-Le sonrió socarronamente, algo juguetona.- Hasta que no encuentres trabajo...¿qué tal si me pagas el agua y el gas con sexo?- Tomó su muñeca y tiro de él, pegándolo a su cuerpo.

-¿¡Eh!? ¿¡Pero qué dices!? ¡Déjame!- Le empujo aun con el color de los tomates en su rostro. -No me gustan los juegos de roles y por supuesto pagare cuando tenga trabajo...que..espero que sea pronto, por cierto...- Termino diciendo en un suave puchero.

-Tranquilo, tampoco debes preocuparte por esto. Seras mi secretario.-

-¡¿Qué?! ¿Secretario? ¿Y qué se supone que deberé hacer?-

-El lunes ya te contare...- Sin en algun momento cambiar su tono de voz, dejo el tema por zanjado fue desempaqueto la pizza para ponerla en el honro.
Aoba se sentó y suspiró, agotado cerrando los ojos.

-¿Contigo sera todo tan rápido y sencillo?-  

-Quien sabe.- Contesto a la vez que unía en un dulce beso sus labios con los de él. -Solo déjame decirte.... Bienvenido a casa.- Siguió el rubio, sonriendo le lo mas sincero que pudo. Aoba el cual abrió los ojos se sorprendió. Aquella sonrisa lo tenia totalmente cautivado. Rodeo su cuello y también le sonrió. Sintiendo que únicamente con aquello todo el cansancio y agotamiento se había desvanecido por completo.

-Gracias Noiz.-

Fin del primer mini fic e introducción.


2. Caricias.

Siempre que podían después de hacer el amor se quedaban varias horas tumbados en la cama. Era como una especie de ritual que ninguno de los dos quería romper. Les recodaba aquella noche de hotel, la cual dio comienzo a su nueva vida juntos.

Era un sábado por la tarde y se habían quedado en casa, pues fuera llovía. Solo se escuchaba aquel ruido y las respiraciones ya relajadas de ambos y algun que otro roce de sabanas. 

Aoba acariciaba el pecho de su amante, lenta y suavemente, pues sabia que le gustaba sentir su tacto y calidez y a él, también le gustaba tocarle. Podía ver como los ojos de Noiz se cerraban levemente pero luchaba por no quedarse dormido. Sabia que estaba algo cansado por el trabajo y se estaba esforzando por no dormirse. Era algo que le parecía muy tierno. Se preguntaba porque lo hacia siendo como era pero aquella preguntaba se la iba a guardar, pues sabia que tampoco se la respondería.

-Sigues algo sudado...- Murmuro mientras recorría con los dedos su vientre, subiendo y bajando sus dedos, resiguiendo los abdominales que sutilmente se le marcaban. -Tal vez deberíamos ir a darnos una ducha..- Susurro acercándose a su mejilla para darle un beso, notando lo cálido y aun sonrojado que estaba.

-No.- Dijo tajante el alemán. -No quiero que dejes de tocarme...- El rubio se giro y le miro clavando su mirada verde al peliazul. La cual siempre le hacia recordar aquellas palabras que una vez le dijo. "Para mi no existe nadie mas que tu." "Solo te quiero a ti... solo tu.."

Aoba se tenso un poco. No podía terminar de acostumbrarse a aquel carácter tan directo pero a la vez adorable. En un suspiro le sonrió y siguiendo con sus caricias, esta vez subiendo su mano para tocar la mejilla que segundos antes había besado.

-Sigues siendo como un niño...- El cual me gusta malcriar. Despues pensó.
Noiz no dijo nada, simplemente se lo quedo mirando, disfrutando de aquella ansiada sensación en su piel. Sintiendo como seguidamente tocaba sus cabellos y se los despegaba de la frente para luego hundirlos en aquella mata dorada. Su cabello era suave. Le gustaba. Le gustaba todo de él.

-Noiz...- Murmuró mientras se acercaba a sus labios. El otro lo noto y no dudo en acortar la distancia pero algo le paro.

-¡Eh! ¡Eso hace cosquillas!- Casi grito mientras curvaba su torso y empezaba a reír cual niño. -¡Basta! -Grito entre carcajadas mostrado a Aoba el ma hermoso de los paisajes y dándole por escuchar la mejor de las músicas.

-Mm.. ahora seré yo el que no pare..-. Sonrió, casi imperceptiblemente siguiendo con aquello intentando pareciendo serio. - Aumentó sus cosquillas en su costados y todos los lugares que conocía que eran sensibles para Noiz.

-¡Ya vale!- Seguía diciendo, casi sin tener fuerza. La verdad era que ahora que tenia tacto era muy sensible ante casi todo. Sus mejillas se estaban poniendo totalmente rojas, otra vez.

"Te quiero...te quiero..." Pensaba una y otra vez mientras miraba esa brillante sonrisa en sus labios. Solo podía querer estar más y más cerca de él y saber cada una de las cosas que lo formaban y convertían en la persona que era.

Fin del segundo minific.


3. Miedo:


Abrió los ojos en medio de la noche, solo pudo ver oscuridad pero eso no le importo. El problema surgió cuando intento moverse y no sintió nada. No quiso alarmarse, con lo que lo probó otra vez, movió su brazo, moviendo el cojín de Aoba pero nada. No podía sentir el tacto del objeto. Sus ojos se abrieron de par en par y su respiración empezó a entrecortarse.


No.

No...

-¡NO!-

Su cuerpo salto del cama y cayo al suelo, despertando al instante al peliazul. Noiz no dudo en golpearse la mano contra el suelo.
El rubio desesperado gritaba y se golpeaba intentando despertar lo que parecía ser su mano, aunque Aoba al verlo, no dudo en saltar de la cama y tomarla extremidad, la cual ya estaba con los nudillos hechos polvo.

-¡Basta Noiz! ¿Qué te pasa?-

Lo abrazó con fuerza, escuchando por primera vez llorar a su pareja.

-No siento mi mano... no.. tengo tacto... otra vez... volveré a ser un monstruo....- Sollozaba a la vez que temblaba entre sus brazos.

El peliazul al escucharle tomó su rostro para que lo mirara.

-¡Noiz! Haz el favor de tranquilizarte y mirarme.- Le ordeno, usando sin querer su habilidad del scrap aunque fuera algo que no le gustase usar y menos con él.

-Nunca has sido un monstruo y no lo seras ahora.-

Tomó su mano adormecida y empezó a acariciarla.

-Intenta moverla lentamente...-

-No te siento.. Aoba.. solo.. un hormigueo extraño...- Decía mientras sus ojos estaban llenos de unas lagrimas que, Aoba, nunca jamas habría imaginado que esos ojos tan arrogantes pudieran llorar. Se veía tan indefenso, tal débil y pequeño. Era demasiado adorable. Definitivamente quería cuidarlo y sobretodo amarlo. Pero al escuchar aquello el ex jugador de Rhyme solo pudo sonreír.

¿De verdad no sabía que se le había dormido la mano por estar durmiendo con demasiado peso encima de ella? Probablemente nunca antes había experimentado una sensación igual por culpa de la carencia de tacto de su pasado.

Noiz al ver que sonreía se enfado.

-¿Qué te hace tanta gracia?- Dijo bode, con un leve sonrojo en sus mejillas, intento secarse las lágrimas.

-Es solo que... esto tambien me pasa a mi y a todo el mundo. Es un simptoma de cuando se corta la circulación, de por ejemplo, la mano.-

Con una sonrisa pico su nariz. Ver que Noiz no le entendía le enterneció aun mas.

Tomo de nuevo su mano y Noiz se sacudió.-

-¿Ya esta volviendo, verdad?-

No le contesto, simplemente se sentó en el suelo de su habitación y empezó a sobarse la mano, la cual le empezaba a doler bastante.

-Ven, te curare estos nudillos.- Le medio ordeno intentando tomar su mano pero el otro se negó.-

-No será necesario.- Dijo secamente a la vez que se metía en la cama y se tapaba.

"¿Y ahora que le pasa?" Se pregunto mientras le miraba.

-Sabes que hasta no te cure la mano no te dejare en paz.-

Tiró de su hombro poniéndolo boca arriba en la cama. Quedó completamente sorprendido al ver aquello de nuevo.

-Noiz...-

Lloraba.

-¡¿Qué?!-

-¿Por quÉ estas llorando? Ya te he dicho que es algo normal que pasa cuando la circulación se corta un poco, a ti te ha pasado por dormir con mucho peso encima del brazo...-

-Ahora ya lo se, me da igual pero....- Apretó los puños y cerró con fuerza su mandíbula...He pasado miedo y tu... solo te has reído de mi...-

Aoba se inclino para estar mas cerca de él.

-Pensar que tal vez no sentiría tu calor o tu piel de nuevo....¡me hacen entran ganas de suicidarme! Se tapo la cara con las manos.- Antes...me habría dado igual pero ahora que estas conmigo... no lo habría soportado... nunca..,-

Aoba se quedo sin palabras y sintió una enorme culpa por haber sido tan insensible. Sin decir nada lo abrazó.

-Lo siento...- Lo apretó con fuerza contra su pecho y Noiz únicamente pudo rodearlo y hundir su rostro en él.- 

Aoba no tenía ni idea de lo importante que era para él. Le había abierto la puerta a un mundo nuevo y encima lo había querido comportar con él apartándolo de aquella horrible soledad. 

-A pesar de que perdieras el tacto...cualquier cosa, nunca te dejaría. Nunca...- Susurró el mayor a la vez que acariciaba su suave y corto cabello.

Noiz no dijo nada simplemente se quedo quieto, con los ojos cerrado, disfrutando de esa sensación que le recordaba que desde que estaba con él, la vida era algo mas que sobrevivir al día a día.

Fin del tercer minific.

4. Juegos inoportunos:

Por fin había llegado el Viernes para la pareja. Habían tenido una semana muy dura. Llena de trabajo y estrés. Se encontraban en su piso, habían terminado de cenar. Aoba había entrado en la bañera y Noiz se fue al dormitorio a jugar con la Xbox. Habían reeditado uno de sus juegos indie favoritos y por fin lo podía probar.

Se encontraba sentado en su puf verde, delante de la pantalla, totalmente relajado, rememorando viejos tiempos. Se podría decir que mala hierba nunca muere.

Aoba, una vez salido de la ducha se fue al dormitorio a ponerse su pijama, tambien para estar más cómodo.

-Ahh, que bien me ha sentado el baño. Es muy agradable poder pensar que mañana no tenemos ningún compromiso ni reunión.

-Um...si, tienes razón.- Contesto el rubio de forma un poco volátil.

-¿Qué estas haciendo?- Preguntó el peliazul con los pantalones ya puestos. Miró hacia delante encontrárselo totalmente concentrado. Incluso se había cogido un energy drink para estar mas activo mentalmente. Aoba no pudo evitar en reír por sus adentros. Esa no era la primera vez que lo veía así. "Sigue siendo un niño." Pensó mientras lo miraba con ternura. Pero, esa noche él no tenía ganas de hacer cosas de niños. Sin darse cuenta se mordió el labio pensando en que en toda la semana no habían tenido tiempo para ellos dos. Era verdad que se encontraba un poco cansado pero las ganas pesaban más. Se acercó a él y lo abrazó por la espalda.

-¿Y qué? ¿Vas ganando?- Preguntó dulcemente mientras iba masajeando sus hombros de forma fuerte, tal y como le gustaba a él.

-Um...voy...haciendo...- Contestó lentamente, sin parecer que se hubiera enterado de lo que le había preguntado.

El menor tomó un sorbo de energy drink, pasando completamente del masaje que le estaba haciendo el peliazul. Y el mayor al ver eso le dejó y sin mas se sentó casi delante de él, con las piernas medio abiertas y tambien se llevo la lata a los labios, para beber de ella.

-¿Te apetece ir a la cama?- Preguntó de forma algo sensual, tal vez demasiado para su gusto, tampoco quería parecer que estaba ansiosos por tener sexo.

-Eh..estoy jugando...-

Aoba achico su mirada y sin mas se levantó para irse a la cama aunque a medio camino se paró. "Le gustan las cosas de niños.. ¿verdad..?" Pues lo voy a tratar como tal. Se le formo en os labios una maliciosa sonrisa y retrocedió para sentirse y apoyar su cabeza en su regazo. Solo con hacer eso creyó que le sacaría alguna reacción pero sus ojos no se desviaron un milímetro de la pantalla. "Con que estas tenemos...a ver quien RÍE el último."

Le levanto la camiseta, y se inclino para hacerle una pedorreta en el estómago.
Noiz se convulsiono y se cayó del puf para atrás a la vez que soltó una carcajada.

-¡¿Qué haces?! ¡Eso hace cosquillas!-

-Lo se.- Dijo a la vez que le miraba con esos mismos ojos de malicia. Aprovecho que aun estaba tumbado para volver a hacer lo mismo.

-¡Para!- Intento apartarlo.- Es vergonzoso. ¡No soy un crío!-

-¿Cómo que no? Ríes como uno.- No pudo evitar reír con él. Su risa era contagiosa.

-¿A sí? Veremos quien es mas niño aquí..-

Tomó sus muñecas y giró la tortilla por completo, poniéndose encima de él para poder controlarlo mejor. Su mirada se volvió intensa y empezó a tomar una de sus tetillas, dándoles un masaje, rozando su pezon con la yema de sus dedos.

-¿Eh? ¿Qué haces Noiz..? ¡Para..!- Pidió haciéndose el indignado mientras que a la vez su piel se erizaba y sus pezones se ponian duros. Enseguida sintiendo como la temperatura de su cuerpo subia y sus pulsaciones se aceleraban.-¡Eso no es de niños!-

-Lo se, pero hacer pataletas para conseguir algo, sí...-

En entrecejo del peliazul se arrugo y sus mejillas se volvieron rojas como la sangre.

-¡Déjame!.- Dijo retorciéndose mientras Noiz seguía tocándole.

-No.- Contestó enseguida, mirándole de forma superior solo por unos segundos.- A pasado una semana, ¿no? -Dijo mientras se iba tumbando encima de él, abrazándole, sintiéndole.- No creas que eres el único que tiene ganas...- Susurró en su oído.

Aoba solo pudo exhalar sintiendo como una especie de neblina cegaba su coherencia y racionalidad. Esa dulzura en su voz le volvía loco.

-¡Noiz..!- Abrazó su cuello y se abalanzo a sus labios. Empezaron a besarse con pasión, mientras Noiz seguía tocando todo su torso. Estimulaba esos puntos que ya se conocía tan bien y hacían temblar de placer a su pareja. Aoba solo podía aguantarse la voz para no pedir por mas.

-¿Qué quieres que te haga? Te has ganado una recompensa por ese ímpetu tuyo.- Dijo sonriendole pícaramente, dejando escapar una risita burlona, mientras empezaba a lamer su cuello.

-Cállate..- Jadeo, tirando de su cuello para que pudiera abarcar mas.-

-¿Eh..? ¿No quieres decirme lo que quieres..? Entonces no podre hacerte sentir bien...- Susurró mientras movía sus caderas y rozaba su semi erección con la de Aoba.

-Ah..Noiz...yo...yo quiero que tu tambien...-

-¿Yo tambien qué?-

-Quiero que tu tambien te sientas bien...- Jadeo mientras lamía esta vez él los labios del rubio. -Ambos...a la vez..- Movió sus caderas..- Quiero...quiero..lamerlo...-

-...Ya veo...entonces...- empezó a bajarle los pantaloncillos y la ropa interior mientras seguía besándolo y lamiéndolo hasta dejarlo totalmente desnudo, pues nunca llego a ponerse la camiseta.- y ponte encima de mi...

Noiz le dejó sitio para que saliera de debajo de él y así aprovechar aprovechar para desnudarse el mismo que Aoba y se colocara encima de forma invertida.

-Oh..no sabes lo erótico que se ve esto...- Soltó de la nada el menor, casi en un rugido de la excitación que le provocaba. No dudó ni un segundo en empezar acariciar sus nalgas con ambas manos, abriendo y cerrando el paso hacia su entrada.

-Ah..n.. maldito niño pervertido...- Jadeo mientras le temblaban las caderas.-

-Bájate un poco...- Susurro sin apartar la mirada de su entrepierna ni de tocarlo.

El mayor simplemente le hizo caso y bajó sus caderas para que Noiz pudiera llegar mas fácilmente a su sexo y él bajo su rostro para poder llegar al de su chico. Lo tomó con la mano para masturbarlo y lamerlo sintiendo enseguida las bolsas de acero inoxidable rozar su lengua junto con la caliente carne.

-Aah..-Pudo escuchar el primer jadeo de Noiz.

No dudó en darle más pero sentir como a la vez le hacían el suyo... De su boca empezaron a salir pequeños jadeos que enseguida tapo al llevarse dentro de su cavidad bucal el sexo del rubio.

Aquello estaba resultando muy excitante para ambos. Escuchar sus suspiros, imaginarse sus rostros y encima tener la oportunidad de juguetear sin ningun tipo de impedimiento con el otro.

Aoba no dudo en empezar a tironear suavemente de su hafada y a la vez masajear sus testículos. Sabía que le excitaba mucho que jugara con sus perforaciones. También lo hacía dentro de su boca. Era delicioso escuchar los jadeos de su amante. Pero por otro lado Noiz tampoco se pudo quedarse quieto. Lamió con ganas el sexo de Aoba a la vez que no dudó en tambien empezar a dilatar y excitar su entrada. Sentía como se contraía cada vez que rozaba aquella parte de su miembro y chupaba con fuerza su glande.

Si seguían así no aguantarían mucho más. Con lo que Noiz no dudo en penetrarlo con un par de dedos de forma lenta, angustiando a su pareja que cada vez lo apretaba más y estaba más húmedo pero eso causaba que Aoba se centrara mas en tocarlo y lamerlo incluso a darle pequeños mordiscos como contraataque. Aquello se había vuelto un juego de quien aguantaba mas pero ya pasó una vez y volvería a pasar. Aquellas embestidas tan insignificante en comparación a la hombría de Noiz le estaban dejando como una gata en celo . Quería mucho mas. Quería sentir aquel calor que lo llenaba por completo y ver su cara...

-Aah.. N.oiz...-Se había sacado el miembro de su boca..- No quiero tu... yo...ya no puedo mas...-

-No te entiendo.. Siempre tan malo expresandote...- Rió suave a la vez que relamía el preseminal que chorreaba de su glande y  empapaba su cara. -¿Qué no quieres?. Preguntó mientras seguía con lo mismo.

-Aah...- Que le hiciera aquello para avergonzarlo mas le frustraba de sobremanera y a la vez ponía más cachondo. -Noiz...no quiero tus dedos...yo quiero..-No podía decirlo. Sería demasiado para él asi que de forma desesperaba tomó de nuevo el miembro de Noiz en su boca y lo succiono como unca antes lo ahbia hecho.


-¡Ngg..ah..!- Y aquello lo hizo curvar su espalda hacia sido como descarga alectrica para todo su cuerpo. Estaba tan duro y había apretando tanto sus perforaciones que le habían dolido y eso... haba sido demasiado placentero.

-Suficiente, me vale.- Alzó sus piernas y con ellas a Aoba el cual levanto e hizo que se agarrara su cintura con sus piernas y lentamente lo fue llevando a la cama mientras estrujaba sus nalgas y lo estrubaba contra su duro miembro.

-¿Era esto lo que querías..no?- Susurró entre jadeos cerca de su rostro, lamiendo su oreja.

-Noiz-..Aoba se había agarrado de su cuello.- Ve al grano... joder...- Termino por gemir, desesperando, refrotandose contra su cuerpo y sexo, buscando mas placer.

En el borde de la cama se tumbaron ambos..

-Eres demasiado sexy...- Jadeo mientras empezaba a penetrarlo.

Como respuesta, el peliazul solo pudo gemir con ganas agarrándose con fuerza de su cuello mientras el otro no dejaba de embestirle, sin contenerse, dejándose llevar por aquel deseo retenido por esos cuatro días. Le miraba atentamente, cada expresión, cada lagrima de placer que salia de sus ojos. Pensar que todo lo que estaba viviendo era por él y ahora y durante todo el tiempo que pudiese se lo quería agradecer.

-Aoba...-

El peliazul le miro. Aun le parecía algo extraño que lo llamara por su nombre. No lo solía hacer. Acarició su mejilla y le sonrió tiernamente dentro de aquel ajetreo de embestidas que aceleró aun más, llevándolo a un estado en el cual solo quería llegar al climax con su amante.

-Juntos...- Jadeo.

-Si...yo ya casi..- Contesto el peliazul.- ¡Aah..!- Se abrazó con fuerza a su cuello mientras sentía como su cuerpo llegaba al culmino. Se corrió en su vientre y el otro a los pocos segundos en su interior.

Ambos cayeron agotados en la cama.

-Te quiero... -Murmuro Noiz.

Aoba solo pudo abrázalo y acariciar sus cabellos a la vez que los besaba. Era mejor así, no lo quería avergonzar.

Fin del cuarto minific.

5. Conejito travieso:

Advertencias: Lemon +18

No podía, mejor dicho, no quería creer lo que tenía delante de sus ojos.
Aoba estaba ordenando un poco los armarios del dormitorio cuando de repente se encontró con una extraña caja. Nunca antes la había visto y justamente por eso y sin pensar que tal vez estubiera violando la privacidad de su compañero, la abrió.

-¿Pero qué...?- Se dijo a sí mismo mientras sus ojos se volvían como platos.
-Aoba, ¿ocurre algo? Tus pulsaciones se estan acelerado.- Enseguida saltó Ren.
-N-no.. no es nada, tranquilo.- Le contestó inmediatamente mientras volvía a cerrar la caja para que su fiel allmate no tuviera oportunidad de ver su contenido.
-Entendido.- Seguidamente el can se volvió a acomodar en su cojin.
Una vez vió a Ren relajarse, intentó hacerlo él mismo. "Tal vez me he equivocado..."
Lentamente fue abriendo de nuevo la caja, descubriendo nçutra vez aquel objeto.
Al instante notó como su sangre empezaba a hervir y todo su rostro se tornaba de un color rosado, al igual que sus orejas.
Si de por si el plug y su forma le daban escalofrios, que tuviera aquella terminación abultada y apeluchada que recordaba a una cola de conejo, solo le hacía pensar que su novio estaba como una cabra. Ahora comprendía  lo que quiso decir Noiz aquella vez en el hotel...
"Maldito niño pervertido..."
No se lo iba a tolerar. Por aquello si que no iba a pasar.
A  pesar de que no  podía quitarle los ojos de encima y de imaginrar las cosas que podrír llegar a experimentar. Pero no se iba a dejar hacer todo lo que aquel pervertido quisiera. No, no y no. Era mas. Una sonrisa se empezó  a formar en su rostro mientras cerraba la caja. Iba a devolverle la jugarreta antes de haberla recivido. Tal vez, al fin y al cabo, el alemen era a quien le gustaba probar cosas nuevas...
Se mordió levemente el labio mientras cerraba la puerta del armario y se qudaba con la caja en las manos. En el fondo de su corazón siempre había deseado poder...al fin y al cabo era un hombre.
No tenía ni idea de cuando Noiz tenía planeado "convertirlo" en un conejo ni cuanto tiempo hacía que aquello estaba allí.
Ambos siempre estaban acupados y casi nunca tenían tiempo para ellos como pareja.
Debería de esperar a que llegara el fin de semana, cosa que utilizaría a su favor, porque así tendría más tiempo de pensar en lo que haría, al fin y al cabo tampoco estaba tan acostumbrado a llevar la iniciatiba, a pesar de que a Noiz le gustase.
Sabía que iba estar nevioso, tal vez algo impaciente. Solo esperaba que no se le notase. Escondería la caja en su mesita de noche hasta el sábado. Estaba casi convencido que el viernes Noiz caerÍa rendido.
Sin embargo, no fue asÍ.
Lo había dejado sentado en el sofá, leyendo el periodico. Muchas veces antes, al regresar de lavar los platos, se lo encontraba dormido. Siempre le resultaba una escena muy tierna.
A pesar de ser un hombre de negocios su cara  de niño al dormir le delataba estrepitosamente. Le gustaba descubrir aquellas pequeños detalles. Y más pensar que era el único que podía verlos.
Había pusto el jabón en la esponja cuando unos brazos lo rodearon.
-¿Qué tal si los lavo yo mañana..?- Preguntó con aquela aterciopelada y susurrante voz mientras le rodeaba la cintura y besaba su cuello.
Aoba antes de notar como todos sus vellos se ponían de punsa se asustó.
-Noiz...sabes que sino lo hacemos ahora cuesta mucho dejarlos limpios...- Un suspiró rodó por su boca al notar como insistía en la linea del cuello.
-No sabes cuanto siento no poder estar más tiempo contigo...- Siguió susurrandole. -Quiero estar contigo...- Repitió, haciendo derretir al peliazul mientras le acariciaba el vientre, intenando colarse por debajo de aquel delantal y su ropa.
-Noiz...- Notó temblar sus rodillas. Si que hacía tiempo. Por fin había llegado el momento. Tragó duro. Hubiera deseado mentalizarse un poco más pero, ya no había "escapatoria". Giró su rostro, buscando la boca de su amanta mientras dejaba caer la esponja en el fregadero.
Juntaron sus labios en un tierno beso, que a medida que iba girando su cuerpo iban profundizando, hasta convertirlo en otro compltamente distinto, lleno de deseo y necesidad de mas.
-Vayamos a la cama...- Gruñó excitado el más joven mientras tiraba del cuerpo del contrario.
-Si...-
Entre besos y caricias ambos cayeron en el colchón y sin mas empezaron a desnudarse mutuamente hasta quedar completamente desnudos.
Era exciante verse de esa forma, compartir miradas llenas de deseo y comprovar la honestidad de ambos cuerpos.
-No me canso de decir lo sexy que puedes llegar a ser...- Comentó el rubio mientras rozaba con dos dedos uno de sus pezones, el cual enseguida endureció.
-Cállate..- No podía acostumbrarse a ese típo de comentarios. . A pesar de que llevaban un monton de tiempo juntos. La diferencia de culturas seguía chocándole.
Intentó cerrar su boca besando sus labios y así poder tomar el control. -Tu tambien eres lindo...pues si hago esto...te penos aun más duro..- Susuró rozando sus labios mientras con su mano empezaba a masturbarle.
-Mn... ¿Qué quieres que haga si me lo frotas de esta manera... ¿Eh?- Le sonrió seductoramente, buscando lamer sus labios. Sin embargo Aoba se apartó, mirandole de la misma manera mientras empezaba a curvar su cuerpo para besar su pecho. Podía sentir el olor de su piel. Su ensencia y tambien como segundo a segundo su respiración iba acelerándose.
Lo hacía despacio, buscando sus partas más sensibles, dejando que asimilara el calor de sus labios y de sus caricias.
Sin embargo, por desgracia o fortuna, la verdad era que no podía esperar más para llevarse a la boca aquel pedazo de carne. Se puso entre sus piernas y sin dejar de mastubarle lamió el glande, jugando unos instantes con uno de sus piercings, para sacarle un gemido. Aun al verlos sentía un poco de angustia, seguía pensando que nunca podría llegar a hacerselos. Sin embargo, a la vez, había desarrollado un pequeño gusto por ellos.  Eran muy útiles para segundo que cosas, como era darle placer, de ese que le gustaba a Noiz... Tomó uno entre sus labios y tiró de el.
-Mierda.... me estas matando...- Murmuró entre dientes mientras enredaba una de sus manos en sus cabellos azules. Ambos sabían que cuando hacia eso en pocos segundos le sería imposible aguantar sus propios gemidos. Y Aoba que tenia que darse prisa. No quería que intentara girar la tortilla* al asunto. Sin decir nada se incorporó un poco mas para poder tener fuerza en sus brazos y así tomar las caderas agenas y abrirlo de piernas.
Noiz por unos segundos quisó levantarse, sin embargo se paró.
-¿Qué tienes pensado..?- Preguntó juguetonamente, buscandole la mirada. Pero Aoba no quería verle. No podía evitar tener un poco de verguenza, pero por encima de todo quería hacerlo, la dejaría de lado.
Sus ojos solo se fijaban en aquella parte. ¿Sería el primero? Nunca habían hablando de eso y era algo que le intrigaba un poco, pero que a la vez no se atrevía a preguntar porque problemablemente era una pregunta estúpida.
Acercó su lengua a su ingle y y luego la deslizo hasta llegar a su entrada. Pudo sentir enseguida el estremecimiento de su compañero.
-Tenemos lubricantes.. no tienes porque hacer esto...- Jadeó antes de apretar sus dientes.
-¿En serio? Parece gustarte...pero... tienes razón..- Iba a usar esa excusa para cojer la caja y a la vez aprovechar los lubricantes que tenian. Aquel plug no era precisamente pequeño...-Aguanta solo unos segundos.- Dijo mientras se ponía a gatear por encima del cuerpo ageno para poder llegar a la mesita de noche. Besó profundamente sus labios mientras, sin querer, ambos sexos, más que duros, se rozaban. Le deseaba mucho, cada vez mas. Quería ver aquella expresion que nunca antes había visto.
Sin dejar de palpar fue buscar e intentado ir lo más rápido posible, pues había la posivilidad de caer en los brazos de Noiz, quien no paraba de besarlo y acariciarlo.
-Hoy..si que estas activo...- Siguió susurrando.
-Solo dejate llevar...- Murmuró mientras tomaba el lubricante y se lo esparcia por los dedos. Enseguida notó como estos se le calentaban. Aquel unguento olía dulce, enturbiaba el pensamiento. Estaba hecho para excitar. Masturbó el demandante sexo su amante mientras, con cuidado empezaba a entrar uno de sus dedos en él. Tenía que lubricarlo bien si quería que todo fuera rápido.
-Aja...- Los ojos del menor no parecían querer apartarse de lo que hacia su amante, con lo que no le daba la oportunidad de poder preparar adecuadamente el objeto.
-¿No tienes nada mejor que hacer?- Preguntó algo molesto y más que sonrojado.
-No, para nada, es muy curioso verte tan aplicado...la verdad es que me excita que me la vayas a meter...- Sonrió traviso, esperando la avergonzada reaccion de su novio.
Aoba, al instante alzó su cabeza mostrandole en su total esplendor la verguenza que le había provocado.
-¡Maldito criajo! ¿A caso quieres que te vende los ojos?!- Con la mano le estrujo el sexo.
-¡Ah! ¡Hazlo...maldicion..!- Giró su rostro al ver que por unos segundos perdía la compsutura. La verdad era que esaba muy cachondo y aquello, con querer mantenerse serio, no combinaban muy bien. Quería desesperar a Aoba y ver hasta donde era capaz de llegar, una ocasion como esa no ocurría cada dia, pero cada vez era más dificil...
Sudor frío pasó por la espada de Aoba al ver la reaccion de aquel momento. Se mordió el labio, casi sin saber que hacer por unos segundos. -Muy bien...- Tomó la corbata que seguía tirada por el suelo y vendó sus ojos con ella. Lo observo durante unos momentos. Aquella postura, esas mejillas sonrojadas y ese sacudido pecho eran suficientes para hcerse la mejor paja de su vida, sin embargo iba a ir a mas.  -¿Qué tal?-  Le susurró al oido, intentando imitarle. Noiz siempre se lo hacia...se las iba a devolver todas. Tenía intención de volverlo loco.
Antes que pudiera responder lamió su mejilla y acarició con la yema de sus dedos su humedo pecho, haciendole jadear. Nunca podría saber de donde le vendría nada.
-...Hnm..- El aleman no supo que contesar. Simplemente suspiró. Probablemente aquello aun agudizaba más las sensaciones.
Con el mismo tipo de caricias rodeó uno de sus pezones y luego bajó, podía ver como el sexo de Noiz, el cual se había ablandando un poco volvía a ponerse duro. Siguió deslizandose hasta su viendre, rodeó su ombligo, rozando aun el piercing que  traía en él y de nuevo volvió a masturbarle, solo por unos segundos, porque lo que quería hacer era usar aquello.
Dejó de tocarle, dejando sin aliento al rubio, quien esperaba ansioso el siguiente moviento. Sonriendo divertido  viendo como parecía desesperarse por cada segundo que pasaba. Lubricó el plug lo mejor que pudo y de nuevo se situó entre sus piernas. Se inclinó y dejó caer su calido aliento encima de su sexo.
-Aoba...- Sin darse cuenta el rubio abrió sus sus piernas, alzando sus caderas. Quería sentir aun más calor.-Ahh..- Lo engulló por completo, dando paso a un suave vaiven mientras con dos de sus dedos volvía a jugar con su entrada para relajarla. Podía notar como se contraía cada vez que apretaba un poco sus labios o jugaba con uno de sus piercings. Probablemente ya era suficimente. Sacó con lentitud sus dedos y sin mas preanvulo empezo a meter el plug.
-¿Pero...qué?- Al imaginarse lo que estaba haciendo, por unos segundos tuvo la necesidad de apartarse pero decidió dejarse. Para nada le estaba desagrando, lo único que no sabía era de donde había sacado el artefacto. No creía que fuera el que él había comprado. ¿O si?
-No te creía capaz de hacer estas cosas...Y menos de entrar en un sex shop..ug..- Intentaba estar relajado pero aquello estaba costando un poco.
-¿Quién ha dicho que haya ido a uno?- Dijo mas que satisfactoriamente antes de meterse nuvamente el sexo de su amante en la boca, quería que se callara.
Eso lo desconcertó bastante y de su boca salió un jadeo probocado por el dolor y el placer que le estaba otorgando. No sabía como iba a terminar todo aquello. Solo tenía claro que tenerlo bajo su merced le esataba calentando demasiado. Cada suspiro, espasmo y jadeo eran por él... Le estaba resultando demasiado encantandor..Su idea principal era cabrearlo..pero el resutlado parecóa estar siendo aun mejor.
Pocos minutos despues el plug estaba compltmente dentro del menor. Aoba, más que excitado ante los constantes jadeos y gemidos ya no podía más. ¿Qué quería? No tenia claro nada. Necesitaba atención. De alguna manera ahora podía entender a Noiz cuando era él, el que le prestaba atención.
Lo observó durante unos cuantos momentos y volvió a sonreir antes de inclinarse para lamer su vientre e ir suviendo hasta quedar compltamente encima de él.
-Me sorprende que no compraras las orejitas a conjuto...-
Le quitó la corbata para verle a los ojos.
-No quedavan..- Y sin perder un segundo más volvieron a besarse con intensidad y Noiz, quien tampoco aguantaba más tomó las riendas, empezando a masturbar ambos sexos a la vez.
-Te sienta bien igualmente... estas adorable..nmm- Contestó en un suspiró sin dejar de besarlo y acariciar su pelo.
-Si tu lo dices, sin embargo ahora me toca a mi jugar contigo...-
-¿Eh?-
Noiz tomó los brazos del contrarió y se las arreglo para ponerse encima.
-Espero que tengas ganas de comerte la zanahora de este conejito...-
Fin.