martes, 16 de agosto de 2011

En nombre de Dios. [Cap. 5]

Los personajes de este fan fic pertenecen a Masashi Kishimoto y la canción, En nombre de Dios, la cual ayuda a comprender y llenar el fan fic a Mägo de Oz.

Cualquier semejanza con cualquier otro fic o douj es coincidencia.


Anime: Naruto
Pareja: NarutoxSasuke, ItachixSasuke, OrochimaruxSasuke etc..
Generos: AU, romance, fantasia, Songfic, tragédia, religión,
Advertencia: Muerte de un personaje, lime/lemon, iincesto y violación
No recomendado para menores de 13/16 años dependiendo del capitulo.
Escrito en: 17/07/09
Finalidazo: No

Frases de la canción estan en cursiva.

Capitulo 5: Dolor y miedo.

Su abrazo desbordaba gratitud pero su cuerpo aun estaba muy caliente a causa de esa poderosa aura que lo envolvía, me sentí débil y vulnerable y de un empujón lo aparte.

-¿Te doy miedo?-

Cuando Naruto hablaba así hacia que mi corazón saltara y se encogiera. Su aspecto en esos momentos no era humano pero para nada, un ser como él, me provocaba ese sentimiento de miedo que creía que me trasmitia.

-¿¡Cómo quieres darme miedo..!?-

-Eso me haces sentir con tus reacciones, eso o te doy asco.-

No sabía que contestarle.

El sol empezaba a verse por detrás de las montañas. Eso significaba que mi “misión” había terminado.

-Adiós.-

Dije secamente alejándome de lo que había sido el lugar de la lucha y de Naruto.

-No te vayas...-

Intente olvidar el significado de esas palabras y así no tener que girarme.

-¡Mierda!- Grito dando patadas. -¿¡Es que acaso no me oyes!? ¡No te marches! Por favor...-

Odiaba mi empatía, odiaba poder sentir la tristeza de la gente que me rodeaba. La voz de Naruto. Esas palabras estaban destrozando lo que quedaba de mi sucio corazón pero no podía quedarme, había decidido mi futuro, caminar y caminar hasta que mis pies se convirtieran en llagas de las cuales saldría toda la porquería de mi ser y así volver a ser yo mismo.

Mis pasos no eran firmes pero tampoco pequeños, había perdido mis zapatos a causa de esa explosión y la pinaza empezaba a punzarme los pies pero aun no dolían ya que la humedad de la mañana hacia que esta fuese un poco más blanda y tierna.

A lo lejos alguien gritaba, no podía ser que Orochi...

-¡No dejare que te vayas!-

Dijo pegando un salto en el aire un incansable rubio el cual me tiro al suelo quedando encima de mí.

La primera visión que obtuve fue su cara llena de lágrimas y mocos, como si la cara de un niño el cual no le compran un caramelo se tratara. Me aprisionó las muñecas dejándome casi inmóvil.

-¡Mírame a la cara!-

Me ordenó.

-No me grites...-

-¡Como quieres que teno grite si no me oyes!-

-Puede que no te quiera oír...-

-¿Por qué?-

-No te incumbe...-

-¡Si que me incumbe!-

-No.-

-Sí, porque los problemas de las personas que me importan me incumben.-

Esas palabras me dolían, me hacían sentir tonto y vulnerable y yo no era así, ¡para nada yo no era así!

-¡Basta ya! ¡Déjame ir!-

-¡No! ¡No pienso estar solo otra vez! Sasuke... te necesito...-

Entonces buscó mis labios y poso un casto beso en estos. Una olvidada sensación llego a mi cerebro haciéndome sonrojar pero a la vez haciendo que mi cuerpo entrara en un profundo miedo, una sensación de claustrofobia me envolvió. Naruto estaba acaparando mi espacio y ¡tenía que apartarse ya! No sé como, acompañado de un grito de pavor con las piernas hice que Naruto saliera volando y chocara contra un árbol. Mi rostro estaba mojado. Lloraba y no me había dado cuenta. Mis piernas flaqueaban y temblaran pero retrocedía arrastrándome como podía.

Naruto sangraba por la cabeza, pero no le dio importancia solo pronuncio una frase.

-Realmente me odias.-

¿Por qué lo había afirmado? No le había dicho nunca un “te odio”. ¿Mis reacciones hacia él eran de odio?

¿Le odiaba?

Sentía odio pero no era hacia él, sino era hacia mí mismo.

Un montón de preguntas más pasaron por mi cabeza.


¿Valía la pena hacerle entender que no lo odiaba?


¿Por qué pensar tanto en Naruto si yo quería estar solo?


¿Por qué me odio tanto?


¿En verdad quiero estar solo o quiero.... estar con Naruto?


No podía responder ninguna de esas preguntas, mi cerebro era un verdadero colapso y sentía mucho miedo de cualquiera de esas respuestas.

Cuando me di cuenta Naruto ya no estaba respaldado en ese árbol. Ahora estaba solo.

Una tranquilidad extraña me envolvió y me llevo hacia un sueño del cual no desperté al cabo de unas horas.

***

Mi cuerpo estaba entumecido, mis muñecas traían señales de magulladuras. Me había agarrado muy fuerte, y mi cabeza daba vueltas. ¿Cuánto hacia que no comía? Sin pensar me levanté de un solo golpe, fallando y cayendo de nuevo. Era débil. Cada cosa que hacía me recordaba que lo era.

Apoyándome de árbol en árbol fui avanzando hasta encontrar un riachuelo de agua fresca y clara, con algún pequeño pez nadando en ella. Aproveché de mi necesitada soledad para beber, y darme un baño, creí que si me bañaba me podría sentir un poco mejor, pero me equivocaba. Al desnudarme me encontré con unas marcas por todo mi cuerpo, era suciedad que con el agua no marchaba, nuevas lágrimas cayeron por mis ojos, pero éstas no se percibieron ya que me encontraba empapado por esa fría agua. Unas ramas que la corriente trajo chocaron contra mi cuerpo y entonces una idea paso por mi mente. Las cogí y con ellas me empecé a frotar el cuerpo muy fuertemente en esas partes donde se encontraban las mordidas y chupetones hasta hacer sangre. Mi alrededor se tiñó de rojo, el agua ya no era de aquel color trasparente y puro sino de un color sucio.

Me dolía pero no podía parar.

-¡Detente!-

Una voz muy familiar me gritaba desde lo lejos, otra vez.

Rápidamente se acercó y entro en ése agua quitándome las ramas de las manos.

-¿Qué coño estás haciendo Sasuke?-

Su mirada era triste y sus ojos estaban rojos, pero no a causa del Kyuubi, sino de tanto llorar.

-Estoy…sucio... -

Balbuceé.

-No te entiendo. ¡Dios! Este corte es muy feo... -

Decía mientras me miraba las heridas.Sin oponer resistencia, ya que me sentía mareado, Naruto me cogió en brazos y me tumbo en la hierba que había al lado del riachuelo.

-Voy a traerte algo para comer y taparte esto.-


Otra vez me dejo solo y mis pensamientos volvieron a invadir la mente.

De nuevo mi debilidad salía a flote. Lágrimas calientes bajaban y caían al suelo recorriendo mis mejillas. No podía dejar que Naruto cuidara de mí de esa manera, intenté levantarme pero el cuerpo me dolía demasiado y mi vista se nublaba.

Ojala me hubiera quemado con Itachi...

El dedo pulgar de Naruto limpio el recorrido de mis lágrimas hasta llegar a mis ojos, después fue dirigiéndose hacia mis labios, otra vez esa rara sensación... Aparté la cabeza.

-Te he traído algo de frutas silvestres, cómetelas, no es mucho pero te harán sentir mejor.-

Mientras comía el me iba vendado mis recientes heridas con trozos de su camiseta y unas hierbas medicinales hechas ungüento.

-No tenias que hacer nada...-

Dije cuando me sentí más tranquilo.

-Veo que aun no lo has entendido... eres muy importante para mí, nunca podre quedarme de brazos cruzados si tu estas sufriendo...-

-Cállate por favor.-

-¿Sabes? Creo que ya es suficiente y no me voy a callar más y tampoco me voy a contener más porque tu me gustas demasiado como para poder controlar mis impulsos, deja que te ayude porque ahora eres tu el que la necesita.-

Sus palabras eran demasiado punzantes para mí pero no podía dejar que se diera cuenta de que me estaba hiriendo así que lo miré a los ojos.

Por un instante me ahogue, me ahogue en sus dos mares. ¿Cómo una persona podía mirarme de esa manera, ni Itachi me hacía sentir así...

Acarició mi mejilla con una mano y con la otra mi pecho, era una sensación agradable pero como flechas atravesándome las sienes imágenes de esos horribles momentos aparecieron ante mis ojos y otra vez me aparté.

-No puedo...tengo miedo...-

No podía creer que esas palabras salieran de mi boca, ¿Desde cuándo un Uchiha no podía hacer alguna cosa? ¿Desde cuándo un Uchiha tenía miedo? Me avergonzaba de mi mismo.

Pero Naruto solo sonrió. No le entendía.

-Estoy contento. Por fin has hablado de ti mismo y de cómo te sientes, es un paso realmente grande. Y en tus ojos he podido ver que tu miedo no es hacia mí, y eso me hace feliz. Sasuke, deja que te ayude, deja que te enseñe otra vez a amar.-

Sus palabras eran tan dulces, sus ojos tan tranquilizantes que me perdí otra vez en ellos. Sin darme cuenta de que otra vez estábamos fundidos en un abrazo, quise contener mis miedos y estar así un rato pero él mismo se separo de mi al cabo de poco.

-¿Te quedas conmigo? -

Preguntó.

Naruto me hacía sentir que había otras maneras para poder quitarme esa suciedad de encima.

Acepté pero aun no sabía si estaba haciendo lo correcto.

Él decía que no era brujo pero me había hechizado con solo una mirada.

Continuará...

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