viernes, 15 de abril de 2011

Amor artificial [Cap. 2]

Los persoajes de este fan fic pertenecen a Tsugumi Ōba y Takeshi Obata.

Cualquier semejanza con cualquier otro fic o douj es coincidencia.


Anime: Death Note
Pareja: MelloxNate
Generos: Romance, ciencia ficcion, horror y drama
Advertencia: Muerte de un personaje
No recomendado para menores de 13 años.
Escrito en 07/06/09
Finalidazo: Si

Capítulo 2: Una maldición.

Mi mano había quedado a unos centímetros de la de Near, se me quedo paralizada a causa del miedo pero este se disipo al escuchar esa cálida voz que provenía de la desconocida silueta.

-Hola muchacho, ¿Necesitáis ayuda?

A medida de que se acercaba su cara iba tomando formas y facciones dejando vez una tez un tanto arrugada y un bigote donde debajo había una sonrisa muy agradable y amigable.

-¿Me puedes oír?

Me toque el cuello.

-¿No puedes hablar?

Negué con la cabeza.

-¿Conoces el lenguaje de señas?

-“Yo si” –Maniobro con las manos.

En verdad si que lo conocía.

-“Si” – Le enseñe.
-¿Y que le pasa a tu amigo?

Solo le conté que hacia días que rondábamos sin sentido por Londres, hasta estos días no sabia donde estaba situado, y que Near había caído al suelo hacia unos momentos.
Por suerte no me pregunto de donde veníamos ni nada por el estilo, simplemente fuimos a un medico para que mirara a Near. El diagnóstico solo era cansancio.

Cuando salimos del medico Near ya había recobrado el conocimiento y como el doctor nos recomendó que comiera algo nuestro acompañante nos llevo a una cafetería donde nos compro unas pastas, para comérnoslas nos sentamos en una de las mesas color metalizado dentro de la misma cafetería.

-Ups, con todo lo que ha pasado no me he podido presentar, me llamo Watari, encantado chicos.
-¿Cómo os llamáis vosotros?
-“Yo Mello y él Near.” – Conteste por los dos.
-¿Y no tenéis apellido?- Negué con la cabeza.
-Vaya, que extraño. Bueno, ¿os puedo hacer una pregunta?

Esta vez asentimos los dos.

-¿Os gustaría venir conmigo a un lugar llamado Wammy’s house?

No contestamos, aun a pesar de su amabilidad teníamos mucho miedo, además, aun no sabíamos si en verdad ese hombre no era una persona contratada por el Señor X pero sus ojos parecían tan sinceros y su sonrisa tan cristalina, realmente parecía un buen hombre que nos quería ayudar.

-“Si.” - Acabe formulando.
-¿Estas seguro?- Me decían los ojos de Near aun cansados.
-Creo que este hombre nos dice la verdad, además, Wammy’s house parece nombre de un orfanato o algo parecido.

Watari sonrió, nos cogió a cada uno de una mano y fuimos andando por las húmedas y frías, ya que se estaba haciendo de noche, calles de Londres hacia ese lugar que Watari dijo que se encontraba cerca.

***

Al llegar me sorprendí, solo la gran puerta de hierro de la estancia ya era hermosa. Entramos, había un gran patio donde muchos chicos y chicas jugaban y practicaban toda clase de deportes aunque la luz ya escaseara, de repente sentí que Near le invadía un gran miedo, deje ir la mano de Watari y me acerque a él.

-Apártate por favor.
-¿Que te pasa?
-No ves que si me rozas podrían sufrir y/o morir muchos niños.

Era verdad, nosotros dos en ese lugar éramos como una mina enterrada en el sueño, a la mínima presión explotaría.

El edificio era extremadamente grande, nada comparado con la puerta forjada con hierro. La fachada era de ladrillo rojo y estaba lleno de ventanas, no me dio tiempo a contarlas todas.

Al entrar llegamos a una especie de recepción, simple pero a la vez encantadora.

-Buenas tardes señor Wammy. –Dijo una mujer que estaba barriendo el suelo. ¿Watari era el fundador?

-Venga chicos, os diré donde os aposentareis, supongo que querréis ser compañeros de habitación, ¿no?

Subimos al segundo piso de diez que tenia. Los pasillos estaban acolchados con moqueta gris, al caminar no hacías ruido, eso me gusto, nos paramos en la habitación 6 A. Entramos. Era una habitación muy sencilla pero a la vez completa, con dos camas, dos mesitas de noche e incluso con un baño propio y una ventana que daba al exterior, unas vistas bastante bonitas, se podía ver el reloj de Londres, lucia bello, a pesar de estar lejos.

-En el armario tenéis dos uniformes, cuando os lavéis, os los ponéis y bajáis a cenar, ¿de acuerdo? Mañana os diré las clases que empezareis a hacer. Cualquier cosa, estoy en el primer piso en la puerta del fondo, que es la sala del director. Adiós.

Cerró la puerta y nos dejo solos. Near se situó en el suelo y se sentó como lo hacia en la celda, yo me tire en la cama, que por cierto era muy mullida.

-Esto parece muy caro. –Dijo Near.
- ¿Crees que nos lo merecemos?
-¡Pues claro que si! Nosotros no pedimos nacer de esta forma. Near no creo que nunca nos puedan encontrar, estamos muy lejos.
-No estoy tan seguro.
-Si nos encontráran te prometo que no permitiría que te pusieran un dedo encima, nunca mas.
-Pero tu tampoco me podrás poner un dedo encima si estamos aquí.

Seguro que lo noto, la rabia que sentí después de estas palabras.

A la mañana siguiente Watari nos vino a despertar, parecía muy ilusionado.

-Buenos días chicos. ¿Habéis dormido bien?

Asentimos.

-Si me acompañáis os llevare a vuestra nueva clase.

Bajamos hasta el primer piso y nos dirigimos donde se encontraban todas las aulas.

-En esta aula toda la gente conoce el lenguaje de los símbolos, no tendréis problemas para comunicaros.

El nivel de enseñanza era muy alto pero igualmente me aburría. Las clases pasaban lentas y mi cabeza no pensaba en resolver las ecuaciones de la hoja que nos habían dado sino en las palabras de Near y me di cuenta de que mi egocentrismo superaba cualquier limite porque al saber de que no lo podría tocar mas descubrí que poseía una adicción terrible hacia Near y que al poder tocarlo siempre que el sádico ese nos lo dijera podía saciarlo.

Pero ahora no podía pensar solo en mí, sino en todas las personas, esta vez buenas que tenia a mi alrededor.

***

A la primera semana comprendí que lo que poseíamos, la fuerza que nos dieron, no era un poder sino una maldición, y esta a causa del gran mono que estaba creando me estaba torturando cada día.

La Wammy’s house nos acabo de modelar un carácter a Near y a mi distanciándonos un poco. Él se convirtió un chico muy solitario amante de los juguetes y de los puzles yo descargaba la ira producida por el mono comportándome como un gamberro.

Narra Near

Ahora si que sabía que nunca más volvería a estar dentro de esta putrefacta celda pero no me sentía por eso más seguro. Mello ya casi no me hablaba y tampoco me… y así tenia que ser pero le echaba mucho de menos, no podía negarlo él siempre me consolaba y me protegía de todo y ahora se quedo en algunas miradas y esa sensación de rabia, el miedo que tenia de que pasara algo al tocarme hacia que de mi boca salieran frases hirientes que producían en Mello una gran rabia hacia mi. Realmente nuestra existencia era una maldición.

La maldición de sentir amor por una persona y no poder expresarlo por miedo de que este hiera a otras.


Continuará

No hay comentarios:

Publicar un comentario