martes, 26 de abril de 2011

Amor Artificial [Cap. 4

Los persoajes de este fan fic pertenecen a Tsugumi Ōba y Takeshi Obata.

Cualquier semejanza con cualquier otro fic o douj es coincidencia.


Anime: Death Note
Pareja: MelloxNate
Generos: Romance, ciencia ficcion, horror y drama
Advertencia: Muerte de un personaje
No recomendado para menores de 13 años.
Escrito en 07/06/09
Finalidazo: Si

Capitulo 4: Michael & Nate

El sol me despertó, la cama de la habitación donde Watari nos llevo estaba colocada de una manera diferente y esta hacia que el sol de la mañana llegase a mi cara. Mire a mi lado, Near aun seguía durmiendo o eso parecía.

Quería preguntarle como se encontraba pero tenia miedo, no me atrevía a hablarle, en estos momentos no podía soportar otra respuesta gélida por parte de él.

Me levante y caminando de puntillas me dirigí hacia la cama donde dormía el peliblanco y la fui volteando hasta poder ver su cara, definitivamente aun estaba durmiendo, su cara era como la de un hermoso ángel, para nada parecía que en la noche anterior hubiésemos pasado todos esos acontecimientos tan desagradables y duros, trasmitía verdadera serenidad.

Near ojalá te pudiera abrazar en este instante. Ojalá te pudiera trasmitir el calor que perdiste al quedar tirado en el suelo encima de esa sangre ya tan fría.

Me puse de cuquillas para poder observarlo mejor y me di cuneta que aun en su cuello tenia un poco de sangre, la rabia por enésima vez se hizo presente en mí y para poder descargarla tuve que dar un golpe con el puño al suelo haciendo un ruido seco y despertando bruscamente a Near.

Se aparto un poco de mi. ¿Se asusto por el golpe o por verme tan cerca?

-Near, ¿Me tienes miedo?

Creo que en ese instante mis ojos no podían trasmitir toda la tristeza que sentía en mi interior al ver la reacción de Near al estar a escasos centímetros de él.
No contesto.

-Por favor… contéstame.-Mi voz sonaba suplicante.

Siguió sin decirme nada. El silencio me volvía loco.

Cortándonos la “conversación” alguien entro en la habitación, se trataba de Watari.

-Por suerte ya os habéis despertado, venid acompañarme. –Dijo sin su cuotidiano "buenos días".

Me puse nervioso pero Near como si nada salto de la cama y como un perrito sin temor alguno siguió a Watari pero yo me veía mas como un condenado siguiendo al policía hacia su ultimo lugar, la silla eléctrica.

¿Qué nos iba a pasar a partir de ahora? Me esperaba lo peor. Definitivamente no podíamos quedarnos allí, aunque eso hubiera sido un accidente.

Nuestro despertador nos llevo hasta su despacho, ese lugar donde nos dijo que fuéramos si tuviéramos algún problema, el pasillo del primer piso me parecía extremadamente largo, Near caminaba mirando el suelo, algo no usual en él. ¿Sentía miedo también?

Watari con una mano giro el pomo, también dorado, muy lentamente y luego empujo la pesada puerta de madera entrando él primero y luego aguantando la puerta para que nosotros también pudiéramos pasar.

-Podéis sentaros. –Nos dijo señalándonos las dos mini butacas de cuero.

Su despacho era relativamente grande. Todas las paredes estaban forradas de estanterías con miles de libros de todos los grosores. En medio había su escritorio de madera barnizada extremadamente ordenado con solo dos hojas encima de la mesa y delante de este las dos butacas mencionadas.

Watari también se sentó en su butaca a juego con la nuestra, la suya mas grande y con ruedas.

No me atrevía a mirar a Watari a la cara, la culpabilidad que sentía era realmente enorme.

Tardo unos minutos en empezar a hablar, supongo que quería buscar bien las palabras.

-Primero de todo chicos, ¿Cómo os encontráis?

No contestamos. Era más que obvio.

-Bueno, se que os sentiréis culpables por el suceso de ayer pero os tengo que decir aunque no me creáis s que vosotros no tenéis la culpa de nada en absoluto. –Dijo poniendo énfasis a sus ultimas palabras.
-Y que ni yo ni ningún miembro del orfanato, ya que nadie sabe que lo que paso fue causado por vosotros, no os damos la culpa ni están enfadados.

Por cada palabra que pronunciaba Watari mi garganta se empequeñecía más era como si las palabras formaran un tapón haciendo que la tristeza, la culpa y todos esos sentimientos aumentaran y subieran a flote junto con esa agua salada.

-Pero eso no quiere decir que os podáis quedar aquí. –Dijo con desgano.

Nos iba a echar. Si hasta para eso tenia que ser educado.

-Por eso os tengo que decir que hoy mismo dejareis Wammy’s house… –Me levante, mis lagrimas ya estaban saltando.

-“¡Los siento!” formule.

-Mello, eres demasiado impulsivo y no me gusta que me interrumpan mientras hablo y mas en estas circunstancias.

Me senté secándome las lágrimas con la manga de la camisa que levaba.

-Dejareis Wammy’s house para veniros a mi casa porque os he adoptado.

Mis ojos salieron de sus orbitas. ¿Adoptados? Por un momento creí que el significado que conocía de la palabra adoptar era erróneo.
No lo entendía.

Watari nos miro tristemente.

-Mello, Near yo nunca podría dejar a unos chicos en la calle fuera la condición que fuera, además os quiero creo que sois unos chicos realmente especiales y que solo por echo de haber intentado solucionar vuestras vidas ya os merecéis una familia y alguien que os quiera.

Os quiero, que bien sonaba esa palabra, era la primera vez que la oía pronunciada por otra persona. Me sentí un poco abrumado.

Watari nos acerco los papeles que tenia en la mesa.

-Los nombres que tenéis no se pueden considerar en si nombres sino más bien apodos así que espero que os gusten los nuevos.

Michael, esa era mi nuevo nombre, aun no sabia si me gustaba. Puede leer el nuevo nombre de Near, se iba a llamar Nate, era bonito, a él le quedaba bien, cualquier cosa le quedaba bien.

El que seria nuestro padre se levanto y nos abrazo uno a uno.

-Esta tarde nos marcharemos. Dijo, esta vez muy feliz.

Sabía que Watari intentaba animarnos pero que nos cambiara el nombre no quería decir que nosotros olvidáramos toda la vida que teníamos atrás y aunque esta fuera realmente cruel tampoco la quería olvidar ya que eso era lo único que tenia, mis recuerdos.

Después de hablar con Watari nos dijo que hasta entonces podíamos ir a la habitación o a la sala de recreos. Near se fui a la habitación, yo tenia ganas de salir pero opte para estar con él, teníamos que hablar. Muy lentamente subíamos las escaleras, yo ya hubiera entrado en la habitación pero la parsimonia de Near, otra vez dije su apodo, hacia que mis pasos fueran el doble de lentos. Él abrió la puerta déjame pasar y luego la cerró para entonces sentarse en el suelo, siempre en la misma posición y en el mismo lugar. Yo me senté en el borde de la cama más próximo a él.

-Nate yo...
-No estoy enfadado. –Empezó a hablar cortándome.
-Agradecería que me siguieras llamando Near.

Al parecer a él tampoco le había acabado de gustar que le cambiaran el nombre. Por una parte me sentí mejor al saber que Near no me guardaba rencor por lo que pasó pero algo aun no iba bien.

Al igual que Watari intente buscar las palabras adecuadas para hablar con él pero en ese momento nada me parecía lo suficientemente bueno para que me lo contestara y ya no supe que mas decir, me quede mirándolo hasta que Watari nos vino a buscar.

Delante de la puerta de Wammy’s house se encontraba un coche negro muy elegante y dentro de él un hombre que seria el conductor. Nos sentamos en la parte trasera del coche y delante, al lado del conductor se situó Watari.

-Va a ser un viaje de una media hora o un poco más depende del tráfico. –Nos comento Watari antes de que el coche arrancara.

Me situé muy cerca de la ventanilla del lado derecho y Near se puso a la del lado izquierdo, nos pusimos lo mas separados que pudimos uno del otro.

Mirar por la ventanilla me dejaba embobado, pasábamos tan rápido los otros chicos, los arboles, las casas, la gente, era como si todo lo que dejáramos atrás dejara de existir.
Nos entramos dentro de un pequeño bosque lleno de grandes abetos y algunos matorrales también del mismo color pero estos con algunos frutos rojos y de un verde mas oscuro, el cual al cabo de unos 200 metros había una gran casa cubierta de hiedra.

El coche paro y bajamos.

-Esta será vuestra nueva casa. –Dijo orgulloso nuestro “padre”.
-No os he comentado otra cosa y es que tenéis otro hermano.

Y al decir eso un chico de pelo negro y piel muy blanca empezó a abrir la puerta de la gran casa.

-Bienvenidos. –Nos dijo con una sonrisa ese chico de ojos negros, iguales a los de Near.

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