domingo, 11 de julio de 2010

Maneras de complicarse la vida: Cabezal del fic vampírico.

Como muchas otras veces habíamos quedado en el asiento de piedra del parque de al lado del bosque. Era de noche y no hacía ni una pizca de aire, solamente la humedad de la vegetación hacía que de vez en cuando mi cuerpo se estremeciera por el frío, aunque enseguida me olvide de eso cuando la empece a besar. Como era de costumbre enrede mis dedos en su larga melena llena de ondas negras mientras nos succionávamos la boca mutuamente. Ella de vez en cuando soltaba risitas que ahogaba adentro de nuestras bocas, acariciaba mi cuello y pecho haciendo que me estremeciera aun más. De repente mordió mi labio haciéndome separar de ella.

-Ah... eso ha dolido.-

Dije tocándomelo con el dedo, viendo que en este había una gotita de sangre mezclada con saliva.

La mire, pero ella solo sonreía y observaba con gula mis labios. Sus ojos pardos me volvían loco, no pude hacer otra cosa que seguir con aquel beso aunque no sabría decir en que momento ella tomo el mando de la siguiente manera; me agarro por los brazos y sin dejar de besarme se sentó encima de mis piernas.

-Me gusta sentirte debajo de mi.-

Susurró mientras me miraba como si fuera su presa. Así me hizo sentir con esos ojos que parecían que brillaban como si fueran los de un gato en medio de la oscuridad.

Solo pude ronronear de placer. Sus manos aun me sujetaban cuando empezó a besar y mordisquear mi cuello.

-Eli.. por favor para.-

Mis suplicas eran inútiles, más bien servían para hacer que me mordiera cada vez más fuerte. En verdad podía sentir como su agresividad aumentaba.

-Tranquila...-

Intente mover mis brazos para poder controlarla un poco aunque no pude. Me cogía con tanta firmeza que hasta me empezaban a doler los brazos.

-Basta ya...-

Le pedí mas serio empezando a moverme con mas fuerza pero no me hacia ni caso. De su cuello salían unas risas que se podrían confundir con el gruñidos de las puertas, molesto, casi enfermizo.

Tomo entre sus manos mis rostros y me beso de tal manera que mis labios tomaron un tono aun m-ás rojizo. Entonces me miro a los ojos. Tenía las pupilas totalmente dilatadas y el poco iris que le quedaba parecía haber empalidecido, casi como la luna misma. Me miraba tan profundamente que me asuste, quería desviar la mirada pero no podía, estaba hipnotizado por esos ojos y esa sonrisa retorcida.

-Es hora de cenar.-

Me distraje con esas palabras. Su voz era mucho mas fina, casi inaudible, como un susurró. Era verdad, era hora de cenar.

-¿Quieres que...-



No me dejo terminar la pregunta. En un segundo había girado y mordido mi cuello. Solo pude sentir la punzada helada traspasar mi piel. Grite. Ella puso su mano en mi boca, más bien sus dedos. Miraba hacía todos sitios, respiraba agitadamente teniendo miedo de ahogarme al tener la boca ataponada por su mano.

-Mmm.-


Como cuando comía chocolate manifestó con sensuales sonidos procedentes de su garganta el placer que le daba beber mi sangre. Podía sentir como succionaba esas pequeñas heridas y como con ellas se llevaba todo mi plasma y mi calor. En verdad me estaba ahogando y enfriando, mis fuerzas se iban y llego un momento en el que solo escuchaba mi corazón y algo mas, otro ritmo mucho mas rápido y fuerte, el de ella. El otro cada vez era mas lento, pausado, muerto. Me estaba muriendo. Sentí como los sonidos iban alejándose cuando una gota caliente de algo entro en mi boca. Después otra y otra. Ese líquido era espeso y difícil de describir, solo puedo decir que me aferré de la fuente hasta que esta fue arrebatada. Abrí los ojos y la vi. Mas hermosa que nunca. Sonreía satisfecha.

-Adiós.-

Dijo mientras se giraba para irse.

-¿Qué?!-

Me levante de una forma de la cual casi pierdo el equilibrio.

-¿Cómo que adiós?-

-Hemos terminado.-

Me arrodille y me puse mis manos en la cabeza. No lo entendía, no lo podía aprobar. Lo que había pasado me hacía sentir distinto, me hacía desearla más. Era como si ahora el uno formara parte del otro.

-No me dejes.-

Al final pude articular.

-¿No ves como lo hago.? Te he utilizado.-

Rió cuando se encontraba ya a unos metros de él.

-Vengate como he hecho yo. Destrozarle la vida a la persona que desees más.-

Dijo después de desaparecer entre los arboles del bosque.

-Pero si la persona que deseo mas eres tu...-

Susurré sin que ella me oyera.

La deje ir. Me sentía incapaz de hacer algo que ella no quisiera. Y ella no quería estar conmigo así que así sería a pesar de que yo aun seguía amándola. Me quede mirando ese espacio de verdes movedizos en el que ella desapareció. Luego me fui a casa.

Eran las 2 de la noche. Todo el mundo estaba durmiendo así que me fui directamente a mi habitación. Tampoco tenia hambre.

-¿Que te ha pasado?-

Una muy conocida voz interrumpió el silencio de la habitación, la cual compartíamos.

Abrió la luz y me miro con aquellos ojos tan grandes y dulces como la miel.

-No te importa.-

Murmure mientras le miraba.

-¿Otra vez te has teñido el pelo?-

Dije sonriendo de medio lado.

-¿Esta vez te has pasado no? Se te va a caer al final.-

Reí mientras el hacía un puchero y enredaba su pelo, ahora color rubio platino entre mis dedos.

Retumbo de tambores.

El corazón me dio un vuelco.

Enfadado mi hermano se puso a dormir.

Yo me quede inmóvil aun con la mano estirada. Cuando reaccione ya estaba en mi cama. Me dormí.

***

Por fin lo he terminado. Parece mentira que cuando mas tengo tiempo menos inspirada estoy y cuando menso es cuando mas escribo xD.

La próxima entrada tendrá 3 mini continuaciones, tendréis que elegir entre A, B o C.

No se cuando las tendré pero intentare ponerme rápido aunque ya sabéis que no significa anda que diga esto ya que seguro que tardare.



Espero que os guste el relato de la trasformación e inicio del fic.

Aun no tiene titulo, lo tengo que pensar.