miércoles, 21 de octubre de 2009

Ying+ying = ¡Caos! [2da parte] Final.

Notas iniciales: Ya lo he terminado : D. Estoy bastante satisfecha del lemon aunque podria ser mas romantico :/.
Espero que os guste.

Isaac a pesar de ser un chico que agradaba siempre tenia complejos: el tono de su voz, su altura, su androginidad, que Jairo parase en aquel momento solo quería decir que en verdad no le gustaba.

Isaac se marchó sin coger la mochila y dejando la puerta de la entrada abierta.

Había mucha humedad en esos momentos en las calles y eso hacia que toda su garganta le doliera ya que se tragaba todo el aire frío sin utilizar para nada la nariz.

-¡Isaac espera!


Desde la lejanía se veía como el rubio mayor corría hacia él. Quiso continuar huyendo pero le dolía demasiado el pecho.


No tardo mucho en estar delante de él. Antes de hablar cogió aire mientras se apoyaba en sus rodillas.


-Perdona. -Dijo entrecortadamente.
-Lo siento si dije o hice algo que te molesto... para nada era mi intención. Tu... me gustas mucho, lo digo en serio...pero... -No pudo continuar.


Isaac era muy impaciente y no soportaba que siempre hiciera lo mismo.


-¿¡Pero qué¡? -Alguna que otra lagrima bajaba por sus sonrojadas mejillas.
-Yo necesito saber una cosa... -Esas palabras sonaban como si le hiciera vergüenza lo que estaba diciendo, como si se rebajara a un nivel inferior.
-¿Qué cosa...?


Jairo lo estaba pasando relativamente mal en esos momentos, hiciera lo que hiciera siempre acababa en el mismo punto, verse como si fuera el débil en una relación, el que necesita la seguridad y el apoyo de su pareja. Nunca antes se había sentido así, siempre había sido él el que consolaba, besaba y mimaba a su compañero/a, por eso le estaba costando tanto.


Lo mas fácil para él seria dejarlo ir y acabar con la comedia que se estaba montando pero había algo que lo ligaba a ese chico. Sentía que si se esforzaba valdría la pena.


-¿Qué quieres tú?
-No puedes responderme con otra pregunta. -Dijo mosqueándose aun mas.-
-Responderme...
-¿Qué quiero de que?
-Que quieres entre nosotros.


A pensar del ambiente el ojiazul estaba empezando a sudar.


-¿Qué quieres tu?
-Ahora quien es el que contesta con preguntas eh...
-Ya basta...


La conversación se estaba convirtiendo en una estúpida comedia que no llevaba en ninguno sitio.


-Mira, esto esta siendo muy difícil para mi pero realmente quiero tener algo contigo y quiero que ese algo sea especial porque realmente me gustas... -Se sincero Jairo.
-¿Te gusto?
-Si...


Isaac sonrió. Él nunca antes había tenido una relación homosexual pero para nada se sentía asustado por ese punto porque sabia muy bien lo que quería y con quien, en ese momento era con Jairo. No tenia muy claro si lo que sentía era amor pero la atracción que era mas que suficiente como para empezar una relación. Era muy excitante besarse con una persona que se parecía tanto a él.


-¿Eso es un si? -Esta vez era Jairo el que se estaba poniendo nervioso de tanto esperar una respuesta.
-¿Tu que crees?


Acto seguido sellaron ese comienzo con un beso.


-Te acompaño a casa.


Cogidos de la mano sin ningún tipo de complejo atravesar las calles nocturnas de la ciudad hasta llegar a casa de Isaac. Hablaron de muchas cosas durante el recorrido, parecía mentira que fueran tan iguales.


-Bueno, ya hemos llegado.
-Si, ahora ya se la dirección para poder venir a visitarte.
-
¿Que te parece si te pasas mañana? El ser fin de semana mis padres saldrán.
-De acuerdo.


Se despidieron. Isaac se quedo mirando hasta que perdió de vista a su amante.


En esos momentos los dos chicos se sentían felices, llenos de una agradable sensación y ligereza, solo podían pensar en lo bien que se lo pasarían y en lo felices que podrían llegar a ser con el apoyo del otro, y lo mejor de todo es que casi siempre pensaban igual y tenían los mismos gustos e ideas.


Estaban ansioso para que pasara esa noche y poderse ver a la mañana siguiente.




*******




La casa de Isaac no era no grande ni pequeña, tenia una fachada de color crema, con unas cuantas ventanas, con una puerta y un garaje.


Jairo había llegado una hora antes de la acordada pero estaba tan nervioso que no podía esperarse mas, toco el timbre.


-”Ya va” -Contesto una voz, no era la de Isaac.


Abrió la puerta una mujer, debía ser su madre.


-Hola, ¿eres amigo de Isaac?
-Si, habíamos quedado hoy.
-¿A si? Isaac no me ha comentado nada, pero bueno igualmente pasa.


Era una señora de mediana edad, Caterine, con unos ojos castaños muy conocidos y con el pelo del mismo color. Lo acompaño hasta la habitación de Isaac que se encontraba en el segundo piso, al igual que la de él.


-Hola.
-Jairo, ¿qué haces aquí?
-No podía esperar mas para volver a verte.


Dicho esto se abalanzo encima de él quedando los dos tirados en la cama. Lo beso.


-¿Cómo es que tu madre no sabia que iba a venir?
-Em.. es que...
-¿Aun no saben que eres gay? ¿Verdad?
-No...
-Tranquilo, tomate tu tiempo, a mi me costo mucho. El día que estés preparado, yo estaré allí. -Dijo apretando su pequeña nariz.-


A Isaac le encantaba la parte comprensiva y amable de Jairo y esa voz que ponía cuando hablaba.




Estaban tumbados uno al lado del otro en la cama, el endredon que la cubría era de un verde oscuro, estaba situada en una de las esquinas de la habitación, esta era un poco mas grande que la de Jairo pero con menos cosas haciéndola mas especiosa.


Se pasaron largo rato hablando, el que tardaron los padres de Isaac en irse, esperaban ansiosos ese adiós por parte de Caterine.


Cuando la puerta de la entrada se cerro los dos se miraron, en sus ojos había un brillo preocupante, demandante de besos. Empezaron torpemente con pequeños piquitos pero a medida que iba pasando el tiempo iban mejorando y rectificando haciendo que sus lenguas entraran en juego, junto con sus manos que empezaron a acariciar el cuerpo ajeno.


Se sentían cohibidos por culpa del incidente de la ultima vez y por a causa de eso ninguno de los dos se atrevía a dar el siguiente paso pero la excitación y el calor eran tales que hasta los boxers sobraban. Quedaron desnudos.


Jairo besaba el vientre de su amante complaciendo sus gemidos. Su boca experta no pudo dejar de lado ese miembro que pedía a gritos ser atendido.


-Waaaahh -Grito Isaac. El principiante con solo unas lamidas ya se sentía en el cielo estaba ansioso por sentir todas esas sensaciones nuevas y así ,después, poderlas dar a su anhelado compañero.
-No creo que pueda aguantar mucho mas...- Balbuceo salivoso.


Jairo no lo hizo sufrir, acelero el ritmo hasta llegar al clímax de su compañero tomando todo su orgasmo.


-Eres un cerdo... que asco... -Dijo avergonzado Isaac.
-Cualquier cosa de ti es buena.- Dijo acercándose a sus labios para besarlos con ardor.


El castaño de ojos estaba ansioso para dar en practica todo lo que había aprendido pero Jairo quería mas. Sus dedos, bajando lentamente por su espalda, ya se dirigían hacia su entrada.


Isaac sintió un escalofrío.


-Espera...deja que yo...
-¿No quieres? -Jairo se estaba confundiendo.
-Si pero yo pensaba que yo seria el...
-¿Seme?
-Si...
-Sabes lo que pasa cariño. -Dijo mientras le soplaba la oreja.- Yo nunca he sido uke y no tengo intención de serlo, al menos ahora.


Isaac se incorporo.


-Si te soy sincero yo no quiero estrenarme como pasivo.


Su voz sonó realmente seria y eso hizo enfadar al ojiazul, también se incorporo.
Observo al moreno, se encontraba sentado con los pies y los brazos cruzado, totalmente desnudo y con los mofletes hinchados, como si de un niño que no se quiere bañar se tratara.


No pudo evitar reír de esa situación.


-¡No te rías!
-Pero es que estas tan mono y gracioso...En serio quiero hacerte el amor ahora mismo.


Se acerco a él besando luego su hombro.


-Sabes, yo no me había planteado nunca ponerme en la situación de un uke pero, por ti, solo por ti, dejare que u tomes el mando, pero permitirme hacer que tu primera vez sea inolvidable.


Isaac estaba totalmente cautivado por esa voz que lo volvía loco. Se dejo llevar por esa atmósfera temblorosa que se estaba formando.


Jairo se situó de espaldas a su compañero haciéndole girar su cabeza para poderlo besar antes de empezar. Lo hizo poner de cuatro patas. Su cuerpo temblaba un poco.


-¿Me va a doler verdad?
-Haré todo lo posible para que el daño sea el mínimo.


Con mucha delicadeza el mayor empezó a besar su espalda mientras acariciaba sus muslos hasta llegar a su fin donde con la lengua se dispuso a dilatar su entrada, mientras lo hacia Isaac no podía contener los sonidos de placer que le llegaban de su columna hasta su garganta.


-¿Estas bien?
-Demasiado...


Esas palabras sonaron tan sexys que Jairo tubo que contener el impuso de penetrarlo de una sola vez pero como había prometido no iba ni quería hacerle ningún daño, introdujo el primer dado lentamente.


-Aaaahh...-Grito mas fuerte.
-¿Sigo?
-Si, no te pares...


Masageo con el dedo la ensalivada entrada y luego puso un segundo para acabar con un tercero.


El menor se ahogaba en sus gemidos, nunca se había pensado que esto llegaría a ser tan placentero.


-Isaac, no puedo aguantar mas.... voy a hacerlo...


A pesar de que nadie había hecho nada en su cuerpo los gemidos de Isaac lo habían puesto al máximo.


Antes de nada incorporo un poco a su excitado compañero para poderlo besar antes de entrar en él.


-Esper..ah.. -Susurró el menor.- Quiero verte la cara mientras lo hagamos...


Giro completamente su cuerpo y se abrazo a él.


Sus cuerpos, pegados por el sudor ardían juntos.
Poco a poco fue introduciendo su miembro hasta llegar al final.


-Cuando tu me digas.


De las mejillas de Isaac resbalaran finas lagrimas que Jairo limpiaba con besos y pequeñas lamidas.


-Creo que ya pue...


Sin esperar ni un segundo mas empezó a moverse.


-Deseaba tanto esto... te quiero Isaac.


Lo abrazaba con todas sus fuerzas, de esta manera, profundizando aun mas las envestidas.


En la casa solo se podían escuchar sonidos de placer por parte de los dos.


No tardaron mucho a sentir que el final ya estaba cerca.


-Junt..os. -Dijo ahogadamente Jairo.


Acelero las envestidas hasta llegar al clímax acabando uno dentro de su compañero y el otro en su vientre.


Exhaustos cayeron rendidos en la cama y se quedaron dormidos profundamente con las manos entrelazadas.


Realmente esa experiencia Isaac no la iba a olvidar nunca al igual que el amor que empezaba a crecer en su corazón por su nuevo amante.


FIN


Notas finales: Que bien que hayas llegado hasta aqui ^^. Espero que dejeis algun comentario.


Proximas votaciones. Pronto.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Ying+ying = ¡Caos! [1ra parte]

Notas iniciales: Iba a ser un fic de un solo capitulo pero tendrá dos partes.

Esta es la historia de dos almas parecidas, dos corazones muy orgullosos y dos chicos que compartían los mismos sentimientos.

Jairo e Isaac estudiaban en el mismo instituto y también las mismas materias aunque el primero era un año mayor que el segundo. Los dos tenían un aspecto físico realmente parecido y eso había hecho que muchas veces les preguntaran si eran hermanos o parientes.


Y esa misma razon les llevo a su primera “conversación”.


Era la hora del recreo y los dos se encontraban en el mismo salón hablado con sus amigos pero Jairo tenia otra cosa en mente.


Él tenia el pelo largo y rubio, al igual que Isaac pero sus ojos azules eran su arma secreta, con una mirada podía conseguir lo que quisiera y a quien quisiera. Era mas alto que Isaac y con la piel mas pálida. Jugaba al basquet, por lo tanto también tenia los músculos bastante mas marcados que su similar compañero al cual se acercaba lentamente.


-Hola.


Isaac se giro ya que se encontraba de espaldas a Jairo. Al girarse el mayor no pudo evitar sonreír, los rumores eran ciertos, el chico se parecía muchísimo a él aunque Isaac poseía unos grandes y hermosos ojos marrón claro que hacían que su piel, unos tonos mas bronceada que la suya, se viera muy suave y amelocotonada.


Isaac era un poco mas bajo que Jairo pero no menos fuerte, él no practicaba ningún deporte ya que era bastante perezoso pero mas aplicado en los estudios, a pesar de tener 16 años su voz aun no había cambiado del todo y tenia un tono de lo mas peculiar haciéndole encantador.


-Hola. -Le contesto repitiendo su saludo.-


Nuestro ojiazul venia muy preparado y tenia muy claro lo que quería decirle al mas bajito pero se quedo sin palabras.


Isaac esperaba.


-¿Tienes algo que decirme? -Dijo cansado de esperar.-
-Bueno yo solo quería saber si te parecías tanto a mi, es que ya estoy cansado de que me digan que me parezco a ti. -Dijo con una risa floja al final de su frase.
-¡Ah! Ya decía yo... es verdad tu eres Jairo de segundo, el chico que se parece a mi.
-Querrás decir que tú te pareces a mi.
-Nop, tú te pareces a mi.
-Yo nací antes que tú y es mas normal decir que tú te pareces a mi.
-Para mi no, es mas normal decir que tú -esta vez lo señalo- te pareces a mi.
-No, tonto, tú eres menor que yo y por eso eres el que se parece a mi.
-No, y el burro eres tú, tú te pareces a mi.


Y así se pasaron todo el tiempo del descanso del almuerzo acabando cabreados con una persona de la cual solo sabían que se parecía a él.


Jairo se enfado pero también sitio otra cosa, curiosidad, ninguna persona antes, se había comportado de esta manera tan “amenazante” ante él y eso lo motivo mucho para conocer mas de ese chico tan diferente.




A la mañana siguiente prefirió hablar con él al terminarse las clases, se espero al lado de la puerta.


Había simulado un mareo para salir antes que los demás.


El moreno tardo un poco en salir y por suerte del mayor iba solo. Empujando a una que otra persona Jairo llego hasta Isaac.


-¿Podemos hablar?
-¿De que quieres hablar ahora? -Dijo un poco cansado.- Lo siento pero me voy.
-Sera un momento. -Dijo agarrándole de la muñeca.
-Dios -se quejo- vaya fuerza tienes. -Dijo al final fregándose por donde lo había cogido.


Jairo lo había conducido a un parque muy cercano al instituto, en ese momento solo había algunos niños pequeños jugando en el arenal.


-Perdona si te he hecho daño.
-Tampoco a sido tanto, así que no pasa nada. ¿Y bien?
-Este sábado unos amigos vendrán a casa a ver unas pelis y a jugar a unos video juegos y te quería preguntar si te quieres apuntar.


Isaac lo miraba extrañado.


-¿Por qué querría ir con gente que no conozco?
-A mi si me conoces.
-Creo que no.
-¿Que no vienes o que no me conoces?
-Las dos cosas. -Dijo mientras se disponía a irse.
-Espera, ¿y si escoges tu las pelis?


Isaac se paró.


-Espero que te guste el anime porque yo solo miro eso.
-Creo que lo podre soportar. -Sonrió.-


Isaac se acercaba al mas pálido, con una mirada un poco extraña la cual hizo estremecerlo.


-¿Qué? -Pregunto nervioso.
-¿No me dirás donde vives?
-¡Ah! Claro.




Le dio su dirección. Realmente ese chico tan parecido a él le estaba sacando de quicio. ¿Cómo lo podía manejar de esa manera? Si siempre era él el que tomaba la iniciativa en todo.


No podía dejar que esto continuara pasando.




Esa semana paso raramente mucho mas lenta de lo normal. A pesar de que esos días estuvieran llenos de exámenes no acabava de terminar nunca.


Pero como ya sabéis no todo es eterno y después de un largo día sonó el deseado timbre de la ultima clase del viernes.


Hacia días que ya tenia preparados todos los juegos a los que había quedado jugar con sus colegas, la comida también y bueno, las pelis... a ver que pelis traería, no tenia ni idea de que cosas le gustaban a Isaac.






La puerta sonaba y una bandada de chicos entro en esa casa que justamente ese día estaba vaciá. Sus padres habían salido a comprar y a hacer alguno que otro recado.


En total tenían que ser 5: Jairo, tres amigos e Isaac pero por ahora solo eran 4, faltaba el mas esperado para el rubio mayor.


-¿Así que nos acompañara ese chico tan conocido por segundo no? -Dijo uno.-
-Si, lo he Invitado.
-Amm, espero que no sea un coñazo, tiene una pinta de mariquita... -Dijo otro.-
-¿Tu crees? -Contesto otra vez Jairo.-
-No se... siempre esta con chicas y eso.
-¡Ya te gustaría a ti! -Rió el que quedaba.-



Entonces se rompió la conversación y todos se pusieron a reír, excepto uno, a él le había causado otro sentimiento. Una especie de esperanza.



Habían empezado el juego cuando sonó otra vez el timbre. El anfitrión fue a abrir.


El chico jadeaba, parecía cansado.


-Ho..la, perdón por haber llegado tarde. -Dijo.-
-Hola, no pasa nada. No hacia falta que corrieras tanto.
-No me gusta llegar tarde a los sitios.


“Siempre con la ultima palabra en la boca.” -Pensó Jairo.-


Subieron al segundo piso y entraron en su habitación, todos estaban muy concentrados en el juego, casi ni se percataron de la entrada de los dos.


Era una habitación ni muy grande ni muy pequeña: paredes color verde oliva, con una ventana, una cama, una tele con toda clase de plays, un armario y un escritorio. Lo “necesario” para un estudiante.


El tiempo paso lento. Lo que tenia que ser una tarde entretenida y de risas para algunas personas fue de lo mas aburrida.


Tenia planeado conocer mas a ese chico pero no se salio con la suya. Demasiada gente.

Como muchas otras veces le dejaron sin paciencia, sin comida y sin juegos, de tanto jugar siempre los rayaban completamente. Así eran sus amigos pero a pesar de todo no se quejaba mucho.




Parecía que todos ya se habían ido ya que el silencio reinaba en la casa pero una mochila muy conocida aun estaba apoyada en una sillita de mimbre.




-Parece que ya se han marchado todos. -Suspiro.-
-Creía que tu también te habías marchado.
-Nop, estaba en el baño y cuando he ido a tu habitación ya no había nadie, así que he bajado.
-Vaya, ¿y te vas ahora?
-Bueno, me quede con ganas de ver alguna de las pelis que he traído.
-Es verdad, casi que no hemos mirado ninguna...


Se sentaron en el sofá de la sala de estar, Jairo tenia video en su habitación pero la tele de la sala era mas grande y con mayor definición y como Isaac no iba hacer ningún estropicio no pasaba nada.


A pesar de que la película que estaban viendo era una comedia el ambiente no estaba muy animado, mas bien tenso ya que los dos se habían dado cuenta de que la situación era un poco...extraña.
Se sentían nerviosos.




Se fue la luz, ninguno de los dos se había dado cuenta de que a fuera había estallado una tormenta.




-¡Genial! -Ironizó Jairo.


A él no le gustaba para nada tener que ir a activar los plomos ya que se encontraban en el sótano.


-¿Y bien? -El menor empezaba a perder los nervios ya que aun no se había movido del sofá.
-Es que...
-¿Te da miedo la oscuridad?


Estaba volviendo a pasar, el que parecía ser el mas débil le estaba superando y eso no lo podía permitir para nada.


Sin contestar se levanto y fue hacia las escaleras que lo llevarían al sótano, todo estaba realmente oscuro y solo se oían las gotas de la insistente lluvia chocando con la casa y de vez en cuando algún trueno.


De pequeño siempre había pensado que allí a bajo vivía un monstruo y que si bajaba se lo llevaría con él y lo enterraría en la oscuridad.


“Tonterías” quería pensar pero igualmente en su interior continuaba sintiendo ese sentimiento de angustia.


“No tiene porque pasar nada, solo es bajar y darle a un interruptor.” Se repetía a si mismo.


A medida que bajaba los escalones mas recuerdos de la infancia le pasaban por la mente y cada una de las historias que se había inventado le volvían a atormentar la mente.
Le faltaba poco para llegar a su objetivo pero un rayo deslumbrador acompañado de un trueno le sorprendieron. No pudo evitar gritar.


-¿Jairo estás bien? -Se oyó desde arriba de las escaleras.-


Otro relámpago deslumbro el sótano iluminando un cuerpo abrazado a si mismo.


Rápidamente Isaac bajo las escaleras.


-¿Qué ha pasado? -Le volvió a preguntar.-
-Nada...estoy bien.
-Pero que dices, si estas temblando.


El rubio de ojos castaños le cogió la mano y así poderle quitar el miedo.


Jairo levanto la cabeza, unas pequeñas lagrimas bajaban por su rostro, a pesar de la oscuridad Isaac pudo verlas, se encontraba muy cerca de él. No pudo evitar pensar que unos ojos tan bonitos y claros nunca deberían estar inundados por lagrimas.
Con la yema de sus dedos aparto ese agua.


-Ya esta. -Sonrió.-


Un nuevo rubor por parte del ojiazul hizo que sus lagrimas dejaran de salir.


-Esto no esta bien. Yo debería ser quien te seca las lagrimas y te consuela. Beso sus labios sin previo aviso aprisionándolo entre sus brazos dejandole sin salida.
-Yo soy quien te tiene que proteger. -Hablaba a milímetros de esos labios que acababa de saborear, aun podía sentir el olor dulce y avainillado de las galletas que se habían comido antes.


Isaac solo podía sonreír.


-Muy bonito lo que acabas de decir, ¿pero a caso yo no puedo tener esos mismos deseos hacia ti?-Dijo mientras rozaba sus labios con los del ojiazul.-


La excitación empezaba a ser un problema, el cerebro de Jairo ya no pensaba con claridad y las palabras de su compañero eran casi susurros incomprensibles, solo sentía el aliento de su boca rozar contra sus labios y el calor de su cuerpo casi encima del suyo. Se abalanzo sobre él dejandole aprisionado otra vez, esta vez por culpa de su propio peso. Prácticamente empezó a devorar los labios del mas bajo hinchandolos a causa de alguna que otra mordida pero Isaac no se iba a quedar lejos ya que sabia seguir muy bien el ritmo de su nuevo amante empezando a acariciar su pecho por debajo de la camiseta que llevaba, tenia muy claro como lo debía tocar para poder tomar el control. En unos segundos los dos se quedaron sin nada en la parte superior de su cuerpo y así poder disfrutar mas de la suavidad del otro. En ese oscuros sótano solo se podían oír los primeros gemidos entrecortados de la pareja ya que la lluvia había terminado.
El pequeño besaba su cuello, su pecho y su abdomen dejando pequeñas marcas las cuales hacían enfurecer a Jairo y se las devolvía dobles lamiéndolas y volviéndolas a succionar. Parecía que esa sesión de ardientes caricias se estaba volviendo en una competición.


-Basta ya de juegos...- Dijo Isaac desabrochando el pantalón del rubio.
-Espera.


Detuvo sus impacientes manos.


-¿Qué pasa?
-¿Cómo estas tan seguro de que yo quiera llegar a mas?


Claro que quería ir a mas, pero no quería que lo que estaba pasando solo fuese un “polvo” porque para él a pesar de no conocerle mucho sentía algo diferente: un cosquilleo al rozar su piel, un espasmo al besar sus labios y infinidad de agradables sensaciones solo al estar cerca de él.


Ademas, siempre, era él el que tomaba la iniciativa ante una cosa tan importante como en el sexo.


-Bueno... solo es cuestión de mirarte... -Dijo mientras dirigía sus ojos a su entrepierna.-


Jairo se encontraba en un dilema. Tener o no tener sexo, esa era la cuestión.


Si lo tenia quedaría como un salido que solo satisfeció sus necesidades, e inevitablemente una segunda vez no habría.


Y si no lo tenia, quedaría como un estrecho ante un chico menor que él, perdería su reputación etc, etc... pero había la esperanza de que se volvieran a encontrar.




Se volvió a poner bien los pantalones.


-Lo siento.-No, lo siento yo. Siento no ser el tipo de persona que te gusta.


El chico se levanto y salio corriendo de allí.


“¿Qué?” Pensó. A Jairo se le quedaron unos ojos como platos. ¿Cómo había podido pensar eso?


Se fue corriendo detrás de él.


Continuará.


Notas finales: Se nota donde hay el “lemon” eh xD Espero que alguien lo lea y que si lo hace deje algún comentario instructivo o lo que sea -.-.


No tardare mucho en subir la segunda parte.


Ciaoo





domingo, 4 de octubre de 2009

Votaciones cerradas. Sinopsis del primer fic.

Sé que aun no han finalizado pero como ya tengo la idea y un mes es mucho tiempo corto aquí las votaciones.

Y así han quedado los personajes:

Nuestro seme: Sera un chico rubio con el pelo largo y ojos azules.
Nuestro uke: Sera un chico rubio con el pelo largo y ojos marrones.

De genero romántico con lemon.


O.O


Pero gracias a esto se me ha ocurrido una idea mas elaborada así que esta bien.


Sinopsis del fic original:

La historia narra el romance entre dos chicos realmente muy parecidos tanto físicamente como psicologicamente.
¿Dos caracteres fuertes?
¿Dos chicos orgullosos?
Una historia de amor con mucho que discutir para llegar a acuerdos.

Salida del fic: De aquí una semana o menos.
Titulo: Aun no tiene.

PD: Si tenéis intención de leer el fic estoy abierta a nombres para los personajes.

Gracias

Ciaoo